El equipo alevín masculino consiguió este sábado pasado alzarse con el subcampeonato de Asturias, tras caer en la gran final ante el vigente campeón y máximo favorito al título desde que comenzó la temporada, Mieres. Para llegar a la misma los chicos de Cuba se deshicieron con anterioridad del Colegio El Llano de Gijón en unas semifinales que fueron bastante más duras que lo que el resultado final parece dar a entender.
Pero empecemos por el principio. En el mes de Noviembre comenzaba la competición alevín masculina con un favorito claro, el equipo mierense, que el año pasado ya se hizo con el título. Por su parte nuestro equipo tenía un objetivo único en la temporada: intentar entrar entre los dos primeros equipos del grupo en la primera fase para poder disputar la segunda dentro del Grupo Regional, con los mejores equipos de la comunidad; en ningún momento se planteaba, ni de forma remota, la posibilidad de que tras esa segunda fase nos metiésemos en la Final a 4. Estar encuadrados en el mismo grupo que Mieres dejaba una única plaza para el resto de los equipos, y no fue hasta la última jornada cuando los nuestros se ganaron el billete para la Fase Regional, tras superar al muy buen conjunto de Laviana en un partido vibrante e igualado hasta el último cuarto. La segunda fase se presentaba entonces como una buena oportunidad de foguearse con buenos equipos e intentar crecer y mejorar. Bien es cierto que para el comienzo de este grupo Regional, el equipo ya había mostrado evidentes signos de mejoría, con un crecimiento en varios de sus jugadores principales que hacía que el equipo se mostrase competitivo en todo momento. Según avanzaban los partidos sin conocer la derrota se hizo evidente que lo que en principio era impensable se iba convirtiendo en una cercana realidad y, a medida que se acercaba la última fase, la Final a 4, nuestros chicos demostraban que ahí era donde iba a finalizar la temporada, con los mejores.
La semifinal contra los gijoneses estuvo muy reñida durante 27 minutos, no en vano en ese momento el luminoso señalaba un elocuente 26-26. Pero en esos 3 minutos finales del tercer cuarto los occidentales se liberaron de la presión de los nervios y consiguieron empezar a superar a la defensa colegial. El 43-26 del final del cuarto ya dejaba muestra de que las cosas habían cambiado. El último cuarto continuó el vendaval, dejando un marcador final de 65-34 que en modo alguno podía hacer pensar en cómo se había desarrollado el encuentro durante gran parte del mismo. En la otra semifinal el anfitrión, Mieres, se deshacía del Colegio Loyola haciendo lo que para ellos ha sido habitual a lo largo de la temporada, cerrar el marcador antes de finalizar el partido (58-18).
Llegábamos por tanto al último partido de la temporada, una situación en la que en Noviembre nadie del Club había imaginado; en aquellas fechas tuvo lugar el primer encuentro entre estos dos equipos, en la primera fase, y el resultado fue precisamente el mismo que los mierenses cosecharon en las semifinales, 58-18, lo que quiere decir que el marcador se cerró antes de finalizar el partido. Sin embargo ambos equipos sabían que las cosas habían cambiado, aunque estaba claro que el favoritismo seguía estando en el conjunto de la cuenca del Caudal. La salida del encuentro no presagiaba nada bueno para los de Cuba; el 15-2 inicial parecía llevarnos por el mismo camino que aquel partido de noviembre. Un triple de Arias inició la reacción, comenzando un intercambio de canastas que nos dejaba un 20-9 al final del primer periodo. El segundo cuarto significó el momento de mayor zozobra para los naviegos, en especial por la labor de su jugador Samuel Guzzetti, que con 15 puntos en este periodo llevó el mando de las operaciones para los locales hasta cerrar el cuarto con un ya preocupante 41-20. Bien es cierto que la situación al descanso en cuanto a las rotaciones hacía pensar en mejoría para los naviegos, pues su jugador más determinante, Alonso Grela, y el interior que nos estaba haciendo daño, Samuel, tenían que descansar obligatoriamente tras jugar los dos primeros periodos; sin embargo nuestros jugadores entraban en la segunda parte con el descanso resuelto. Este hecho parece refrendarse nada más salir del vestuario, pues el 0-6 en minuto y medio acerca a los visitantes y parece meterlos en el partido. Arias y, en especial, el benjamín Andy toman las riendas del encuentro, aunque por parte mierense el también benjamín Marcos consigue hacer frente a la embestida y minimiza los daños. El resultado al final del tercer periodo (54-42) deja todavía margen para pensar en la proeza, aunque la vuelta a pista de todo el plantel local pone las cosas difíciles. El último acto es un continuo toma y daca de ambos equipos aunque las diferencias nunca bajan de los 10 puntos. El otro benjamín naviego, Raúl, con tres triples, más otro de Arias, y las penetraciones de Andy, contrarrestan las anotaciones de Grela y Guzzetti. Los locales no empiezan a respirar con tranquilidad hasta que, a falta de poco menos de dos minutos, ven que la ventaja se mantiene en los 12-14 puntos. El resultado final de 73-59 refleja con fidelidad lo sucedido en la cancha, y deja el título nuevamente en Mieres de manera merecida, aunque deja también muy alto el orgullo por el magnífico papel de nuestros chicos. Enhorabuena a los Campeones, una generación que a pesar de su juventud ya lleva varios títulos en su currículum. Por los nuestros destacar el inmenso partido de Andy, un jugador que como decimos es aún benjamín, lo cual no es obstáculo para considerarlo uno de los mejores jugadores de Mini basket de Asturias, alevines incluidos. Le secundó de manera magnífica Arias, mientras que por parte de los campeones los mencionados Grela y Guzzetti fueron los jugadores más destacados.
Gran colofón para la temporada de este equipo que ha mejorado día tras día hasta alcanzar lo que nadie pensaba al principio, lo cual sin duda hay que poner en el haber de su entrenador, Carlos Galán “Cuba”, que se ha ganado el cariño y el respeto de sus jugadores a la vez que ha conseguido que crezcan exponencialmente como jugadores. ENHORABUENA a todos ellos, tanto a los niños como al coach que los ha guiado.