Diez son los partidos programados para nuestros equipos este fin de semana, pues el infantil femenino había jugado con anterioridad el que le correspondía esta jornada. De ellos solamente dos se tendrían que haber disputado en nuestro polideportivo, y los ocho restantes en cancha ajena. Pues bien, cuando se acabe el fin de semana, finalmente nuestros equipos habrán jugado sólo ocho de ellos. ¿Adivinan? Sí, es cierto, los ocho de fuera.
Hay veces que ocurre que tienes un equipo justo de niños y que, en determinado momento, se presentan circunstancias que te hacen presentarte con 5 ó 6 jugadores al partido o que, directamente te impiden saltar a la cancha por no poder ni siquiera llegar a ese mínimo. Nadie está libre de que eso le pase. En la tarde del viernes nos llamaba el coordinador del Colegio Paula Frassinetti para comunicarnos la imposibilidad de que su equipo benjamín femenino reuniese un mínimo de jugadoras para poder jugar debido a enfermedad de alguna de ellas. El hecho de que sea una circunstancia sobrevenida tras cerrarse el plazo para aplazar encuentros (viernes a las 11 horas) hace que el partido se dé como ganado al equipo local por “no presentado” de su rival, sin opción a buscar otra fecha. Una pena, porque de lo que se trata es que los niños jueguen cuantos más partidos mejor. Pero, como decíamos, entendemos que es una circunstancia que le puede pasar a cualquiera, de la que nadie está libre. Otra cosa distinta sería no presentarse y no avisar de antemano, pero no ha sido el caso.
Unas horas antes recibimos la llamada del entrenador del equipo benjamín masculino del Colegio Palacio Valdés. La conversación se inicia en términos similares, comunicando la imposibilidad de asistir a jugar por contar con únicamente 3 niños; pero cuando se le inquiere para buscar una fecha para jugar ese partido la respuesta nos causa primero asombro, para dejarnos de inmediato una profunda indignación, que a estas horas, y durante mucho tiempo seguramente, persistirá en nuestras mentes. No se aplaza el partido porque el motivo de no poder asistir es que, salvo esos tres niños, el resto de padres no quieren que sus hijos se desplacen a Navia a jugar. Ni ayer ni en ninguna otra fecha posterior: No vienen porque NO LES DA LA GANA.
Cualquiera que siga nuestro Club desde hace tiempo sabe, por una lado, que el tema de los equipos que hacen lo posible por no desplazarse a jugar a Navia es un asunto que se da desde hace mucho tiempo, y que, por otra parte, es un tema ante el que somos especialmente sensibles puesto que lo vemos como una absoluta falta de respeto. Que en esta ocasión se manifieste de manera tan cruda y directa no hace otra cosa que multiplicar exponencialmente nuestra indignación.
El cambio de reglamento habido la pasada temporada respecto a la no presentación a partidos oficiales de manera No Justificada dice que el equipo que incurra en ello será automáticamente expulsado de la competición. No se nos ocurre ningún escenario donde no ir a jugar porque los padres no quieren que se juegue pueda ser considerado como ausencia Justificada. A partir de ahí será la Federación o la Dirección General de Deportes quienes tengan que tomar cartas en el asunto.
Nos parece una auténtica tomadura de pelo, pero no solo al CBN; lo es hacia los niños que esperan la llegada del sábado con ilusión para poder disputar su partido de baloncesto, hacia el resto de equipos que toman parte en la competición, por desvirtuar la misma… al Deporte en si, con mayúsculas, al conjunto de valores de compromiso e integridad que conlleva. Señores, si no quieren que sus hijos se desplacen a jugar en otras localidades tienen muy fácil la solución: No los apunten a este deporte; dejen que los que sí aceptan las reglas puedan disfrutar de algo tan bonito como es una liga de categoría benjamín, la más pequeña de las de competición, en la que el componente fundamental debe ser la ilusión de los niños, no la comodidad de sus padres. No ensucien el deporte. Váyanse.