La generación 2008 femenina del CBN consiguió este domingo su segundo título de Campeonas de Asturias, tras el logrado en 2018 en categoría benjamín. La llegada del coronavirus en 2020 impidió ver si hubieran sido capaces de lograrlo en su segundo año alevín. Igualan de esta manera a otras dos grandes generaciones femeninas del Club: la de 2003 que consiguió los títulos alevín 2015 e infantil 2017, y la del año 2005 que logró el campeonato en el benja 2015 y en alevín en 2017. Las chicas de Sergio pusieron la guinda a una fenomenal temporada, en la que solamente cedieron una derrota, en un fantástico fin de semana de baloncesto el celebrado en nuestro polideportivo, en el que los cuatro equipos contendientes dieron lo mejor de sí mismos, dignificando este juego de una manera magnífica.
Para empezar la fiesta el marco ya era de categoría. Una vez más el Club Baloncesto Navia dio muestra de su capacidad organizativa dando al evento un realce y un empaque dignos de la ocasión. Además, como es habitual desde 2014 en las Finales a 4 que organiza Navia, ésta se transmitió en directo a través de nuestro canal de YouTube, con una calidad técnica espectacular. El buen hacer del equipo de Manuel Viña Producciones, con un auténtico despliegue técnico digno de categorías profesionales del baloncesto, hizo que cualquier persona interesada en el seguimiento de la Final a 4 pudiese verla en directo desde cualquier lugar del mundo. Hay que agradecer a Manu y Ángel su excelente trabajo, así como la colaboración que tuvieron desde el Club en las personas de Javi Castro y Manuel Jesús como operadores de las cámaras de fondo, y en Nacho, Borja y Andrea en los magníficos comentarios de la primera semifinal y de la finalísima. El resultado conjunto de la transmisión alcanzó un nivel no visto hasta la fecha en Asturias fuera de los canales profesionales de televisión.
Consideramos asimismo que se demostró como muy acertada la decisión local de no permitir el uso de elementos acústicos como bombos, cornetas, bocinas, etc. quedando claro con la actuación de las cuatro hinchadas que se puede animar y dar color a una final de este tipo sin la necesidad de crear ambientes ensordecedores y, en ocasiones, ciertamente estresantes en especial si hablamos de partidos de niños o niñas. El comportamiento de respeto fue la tónica del fin de semana, como por otra parte por fortuna es la norma habitual en este nuestro deporte.
Para finalizar el capítulo de agradecimientos antes de pasar a comentar la parte puramente deportiva, nombrar por supuesto al Ayuntamiento de Navia que una vez más puso a nuestra disposición todo lo que se les pidió para poder llevar a cabo el evento; a las dos personas que desinteresadamente acudieron a cubrir las labores de fisioterapia en cada una de las dos jornadas, Adrián Méndez Avello y Luis Luiña, cuya labor fue fundamental para varias de las chicas que tuvieron que ser atendidas por diversos problemas físicos y que, alguna de ellas, pudo seguir jugando precisamente gracias a los cuidados de estos dos cracks; y por último a nuestro buen amigo José Ramón Méndez, representante de Cocacola, y a Juan Ignacio por su ayuda en la gestión de las vallas publicitarias que enmarcaron la pista de juego estos dos días.
El sábado se disputaban las dos semifinales, que hay que decir que respondieron con bastante fidelidad a las previsiones que la liga regular nos dejaba. En la primera se enfrentaban el primero contra el cuarto, las anfitrionas contra las gijonesas de C.B. Pumarín. Tras una salida fulgurante de las locales (18-2) las chicas de Saúl fueron entrando en juego y logrando equilibrar el juego por momentos. Las diferencias a partir de ese momento ya fueron creciendo de manera mucho más lenta, aunque paulatinamente la mayor profundidad y ritmo de las chicas de Sergio fue poniendo distancia en el luminoso hasta el 85-50 final. Buena imagen sin embargo de las pumatas, un equipo que ha progresado muy claramente a lo largo de esta temporada y que en todo momento intenta desarrollar un juego bonito y alegre, sin caer en la tentación de encerrarse en exceso en la defensa ante un equipo superior, como era el caso de este sábado. Estamos seguros de que darán muchas alegrías esas chicas al Club Pumata. En la segunda semifinal se preveía igualdad entre Ècole y Asturiana y a fe que la hubo. Durante algo más de tres cuartos el partido fue dominado por las colegiales, con ventajas de hasta 12-14 puntos, lo que podría ser determinante en un partido como este de tanteo bajo, trabado, donde las defensas se imponían; no fue hasta el último cuarto cuando las moradas de Asturiana lograron ir acercándose y finalmente superando a las chicas de Yago Bugallo apoyadas en una defensa zonal que estas últimas no pudieron superar con facilidad. El marcador dejaba con la bocina final unos guarismos de 45-42, que reflejan fielmente el tipo de partido que acabábamos de presenciar. Quedaba por tanto definida la jornada dominical, con dos partidos en los que, como ya comentábamos en la previa del viernes, había un favorito más o menos claro en cada uno de ellos. Lo bonito del baloncesto es que a pesar de favoritismos o pronósticos en uno u otro sentido, siempre hay lugar a un cambio de tendencia, a la sorpresa, si se puede llamar así. Y, aunque los resultados finales dieron como vencedores a los dos conjuntos previstos, el desarrollo de los partidos no fue todo lo claro que en principio hubiera podido parecer.
En el partido por el bronce las chicas de Pumarín comenzaron de manera brillante, sorprendiendo a las colegiales durante unos primeros minutos de muy buen juego y acierto. Al final del primer cuarto ya se igualó el marcador e incluso Ècole fue cogiendo alguna pequeña ventaja pareciendo que poco a poco iría rompiendo el partido. No fue así, las gijonesas se agarraron al partido como a un clavo ardiendo y parecía que finalmente podrían dar la sorpresa ante un equipo que en la liga le había ganado ampliamente ambos choques, pero finalmente no lograron darle la vuelta de manera definitiva, cediendo por solamente 8 puntos al final de los 40 minutos (49-41).
Y llegaba por fin el momento más esperado por nuestro infantil femenino, casi podríamos decir que el más esperado por el Club desde que comenzó la temporada a comienzos de octubre. Sabíamos desde esos primeros compases del curso que el grupo que dirigía Sergio tenía dentro a un equipo campeón; una ya muy buena generación local, que como hemos comentado se alzó con el título regional en benjamines, se vio reforzada en su segundo año alevín con la llegada de Zoe. Al comienzo de la pasada temporada, tras el parón inicial del Covid, arribaba a nuestro puerto ese pequeño terremoto que es Valeria, una jugadora de 2009 que sin embargo entró prácticamente desde el principio en la dinámica del grupo de 2008, al igual que nuestra Sofi. La guinda llega este pasado verano cuando llaman a nuestras puertas dos chicas de Luarca que se quieren unir al equipo; Marilís y Noemí encajaron como un guante con sus compañeras de generación dando ya al conjunto una profundidad de rotación que sabíamos que sería difícil igualar por parte de otros equipos. El desarrollo de la temporada no hizo otra cosa que confirmar esas sensaciones iniciales, dominando la liga regular de manera clara y con diferencia abultadas contra todos los rivales excepto en un partido frente a Pumarín en el que las gijonesas supieron aprovechar un mal día generalizado de nuestras chicas. Con esta premisa llegábamos al momento cumbre del año, el día en el que no está permitido el error, y en el que enfrente teníamos a un muy buen equipo, un conjunto que teníamos claro que no iba a facilitar las cosas, todo lo contrario.
Las locales pronto dieron muestra de que por ellas no iba a ser, que la mentalización e intensidad no se iba a discutir en el día clave; en apenas unos segundos Amelia y Zoe ponían el 4-0 en el marcador, y aunque las chicas de Pelayo Suárez contestaron en un principio (6-6) llegó un huracán con el número 23 que dinamitó el partido. Amelia entró en una especie de trance que le hacía ver el aro como una piscina y en probablemente sus mejores minutos como jugadora de baloncesto ponía en órbita al equipo a base de triples, 4 de 4 en este primer tiempo. Además la defensa permitía correr y lanzar contraataques y rápidas transiciones que daban un importante colchón que a la postre se mostraría como decisivo, 26-11 al final del primer acto.
En el segundo las ovetenses se sacudieron un tanto el dominio, igualando el match en cuanto al juego y la anotación. Su dominio en el rebote se hizo cada vez más evidente, con intervención de muchas de sus jugadoras, destacando en este capítulo la labor de Alicia, que terminaría el partido con 17 capturas. Por su parte Celia empezaba a mostrar que ella también quería apuntarse a la fiesta con varias canastas de mérito que mantenían la ventaja casi invariable. En los últimos minutos del periodo apareció una protagonista por parte azul que quizás no era la esperada: Sofía marcaba una cruz en la esquina izquierda del ataque y desde allí enchufó un par de triples que dieron mucho oxígeno al equipo. Entretanto Valeria a lo suyo: una nueva demostración de garra, defensa y determinación de la valdesana que se sumaba a la exhibición que ya dio el sábado en semifinal. Noemí por su parte daba consistencia a la defensa con un gran apoyo en el rebote, añadiendo un gran triple desde la otra esquina en un momento importante, mientras Ainara apoyaba bien en defensa en esos minutos. El cuarto lo gana Navia por 2, llegando al descanso con una importante ventaja de 17 puntos (50-33).
Tras el merecido receso en vestuarios parece que la dinámica sigue siendo la misma, con Paula y María dirigiendo las operaciones y con Marilís que continuaba a la chita callando con su labor desde el minuto 1, marcándose un partidazo en toda regla. A mitad de periodo parece que las de Sergio pueden romper definitivamente el partido, con ventajas de hasta 22 puntos (60-38) pero, al igual que Amelia en el primer tiempo, es ahora Celia la que saca su fusil para martillear el aro naviego desde el perímetro. Poco a poco, las chicas de Asturiana consiguen ir limando las diferencias hasta que éstas se establecen de manera casi continua entre los 11 y los 15 puntos; a ello contribuye de manera clara la actuación de Inés, una chica que quizás no tenga un juego espectacular pero sí es tremendamente eficaz y consistente; muy buen partido el suyo. Un par de triples de nuestras chicas, uno de Valeria y otro de María en las últimas jugadas del cuarto, permiten ir manteniendo la distancia en el luminoso (72-58 al final del tercero).
Llegamos por tanto al acto definitivo con un margen muy interesante, pero no definitivo. Las moradas continúan con su acierto de cara al aro y mantienen las espadas en todo lo alto, acercándose hasta los 9 puntos en su mejor momento, pero las chicas de Navia no perdieron en ningún momento la calma. Incluso a pesar de las molestias en el gemelo de María, que jugó los últimos 10 minutos con un aparatoso vendaje y una evidente cojera que no fue suficiente sin embargo para que la brava jugadora naviega se bajase del barco y dejase solas a sus compañeras. La tranquilidad de Pau en esos minutos finales y, sobre todo, el brutal despliegue físico de Marilís que le hacía estar en todas partes completando una sublime actuación, permitieron que la victoria no llegase a peligrar en ningún momento, finalizando el choque con un resultado de 85-74 que da muestra del nivel de partido que jugaron ambos equipos.
Celebración efusiva y emocionante de las nuestras por un triunfo que no fue sencillo en absoluto y que deja a las chicas de Asturiana con la lógica tristeza de perder una final, pero con el orgullo y la dignidad muy arriba por el nivel ofrecido en la misma. Francamente pensamos que esta Final a 4 deja un magnífico sabor de boca general por su desarrollo tanto dentro del 28×15 como por lo sucedido en las gradas, con 4 aficiones que animaron sin cesar a sus niñas sin un atisbo de polémica ni situaciones censurables. Nuestra María recogió el premio como MVP de la F4 por sus valoraciones de 37 y 24 créditos respectivamente en la semi y en la final, aunque como comentábamos la jugadora más valorada de este último encuentro fue Marilís con 28 créditos. El triunfo conlleva, aparte de la importancia del título en sí, la participación del equipo en el Campeonato de España que a partir del 5 de junio se disputará en Betanzos. Será el quinto conjunto CBN que disfrute de esa experiencia, y tendrá un buen reto estadístico: ser el primer equipo femenino del Club en conseguir una victoria en un evento de este calibre…. y si puede ser más de una…. entonces soñaremos. Lo principal es que vivan y disfruten el campeonato como algo especial, sin duda se lo han ganado.
Ainara, Amelia, Lucía, María, Marilís, Noemí, Olaya, Paula, Sofía, Valeria y Zoe son las CAMPEONAS DE ASTURIAS, y Sergio el director de orquesta que armoniza el talento y la garra de estas chicas. Nos alegramos mucho por el mago Potter, que por fin alcanza el título tras dos subcampeonatos en junior femenino en 2019 y 2021, pues desde que llegó a nuestro Club, a nuestro pueblo, a nuestras vidas, no ha hecho otra cosa que crecer como entrenador y nos atrevemos a decir que también como persona, ganándose el cariño de todos los que forman esta familia que desde luego también es la suya. Enhorabuena y reconocimiento también a los anteriores entrenadores de estas niñas, Nacho y Suso en lo respecta a las que estuvieron siempre aquí, y a los que guiaron a Zoe, Valeria, Marilís y Noemí en sus anteriores equipos. Curiosamente uno de esos entrenadores, Valentín, pudo vibrar en la grada el domingo en su condición de padre de una de ellas.
Gran alegría para todo el Club en esta temporada tan remarcada, la número 25 de nuestra historia, con el título número 20 en esa trayectoria. Alegría que tiene además una imagen que nos llena sobremanera. La de la gran cantidad de compañeras y compañeros de las Campeonas que saltaron a la pista a abrazarse con ellas, desde las junior hasta algunos Babys, pasando incluso por varios chicos y chicas que ya nos están en el Club pero que siguen siendo CBN para siempre, como Jose Antonio, Laura, Carlota, Marina, María, Lucía, Alvarito, Fátima, la ya mencionada Andrea y alguno más que puede escapársenos en estos momentos y que rogamos sepa disculparnos. Todos ellos y ellas, desde el más peque, Victorín, de 5 años, hasta el más veterano son una sola cosa: CBN.
Como dice nuestro himno “ORGULLO DE CANTERA”. Y por muchos años más.
Fotos: Manolo Lebredo