Una clara sensación de Déjà Vu invadió a los viejos aficionados del CBN en la tarde de ayer en el Polideportivo de Pumarín. Ya habíamos pasado por esto. Las sensaciones fueron prácticamente idénticas a las que, dentro de unos días hará 5 años, invadían nuestras cabezas y nuestros corazones en una recordada tarde en Vegadeo. Aquel día de Mayo de 2012 también se disputaba la Final a 4 Cadete Masculina, y también nos habíamos colado en la gran Final frente al indiscutible favorito, en aquella ocasión (en aquellos años) el intratable Grupo Covadonga. Fueron 4 los puntos que nos faltaron para culminar lo que hubiera sido una proeza; ayer fueron 5. Las únicas diferencias, por buscar alguna, es que aquella generación del 96 llegaba en aquel año a la élite de Asturias tras haber empezado algo tarde a jugar; posición de privilegio que refrendaron con creces en sus dos años júnior con un subcampeonato y un brillante título de Campeón en 2014. Estos chicos de la generación 2001/2002 ya están digamos más acostumbrados a verse en estas lides, no en vano ya fueron Campeones de Asturias alevines y lograron la tercera plaza en su etapa infantil; se puede decir que su presencia tanto en la Final a 4 como en el partido definitivo era menos sorprendente de lo que en su día fue la de sus antecesores. En lo que sí son iguales es en los sentimientos que hicieron despertar en el numeroso público reunido ayer en Oviedo para ver la Final, muy similares como decíamos a aquellos de Vegadeo: Orgullo en la derrota, pelea hasta el final, garra, competitividad… y calidad, mucha calidad. Sabemos que no es gratuita la cerrada ovación que todo el polideportivo, ambas aficiones, además de los jugadores y equipo técnico del equipo Campeón, brindaron a nuestros muchachos. En ese sentido y mantenido aplauso se encerraban básicamente dos palabras: en la bancada naviega Orgullo, y en la ovetense Respeto. Fue un emocionante reconocimiento de los campeones a un rival que les llevó al límite, que les obligó a echar mano de todos sus múltiples recursos ofensivos y defensivos para poder doblegarles. Vaya desde aquí nuestro agradecimiento por esa actitud a todo el OCB, y nuestra más sincera enhorabuena por el título, deseándoles que en el Campeonato de España que ayer se ganaron el derecho de jugar hagan un gran papel que dignifique al baloncesto asturiano.
Para llegar al partido que todos quieren jugar, la Gran Final, hubo que superar el sábado un duro escollo, el Grupo Covadonga, en una bonita semifinal en la que a pesar de ir por delante en el marcador durante todo el encuentro no se produjo un corte lo suficientemente grande para que los gijoneses se desconectasen del partido. El primer cuarto dejó una ventaja de 10 puntos (21-11) que más o menos se fue manteniendo a lo largo del partido. El resultado final de 81-72 daba el pase a la final a los naviegos.
Ésta empezaba con un intercambio de golpes durante casi todo el primer cuarto, en el que los de Suso castigaban una y otra vez el balance defensivo local con varias canastas en transiciones rápidas y contraataques en los que Iago empezaba a dejar claro quien era el que iba a llevar la manija del partido. En el último minuto los ovetenses cogen una pequeña renta que les hace ir al intercambio de cuartos con 20-15. Salen sin embargo de nuevo enchufados los occidentales en el segundo acto para dar la vuelta al electrónico en pocos minutos (27-28, min. 16). Iago seguía dirigiendo con maestría al equipo y anotando con facilidad, faceta en la que se unían los infantiles Alberto y Mario y un inspirado Jorge Dacal. Entretanto Darío hacía un encomiable papel en la faceta interior bien secundado por Pelayo, poniendo freno en buena medida a las embestidas de su jugador más determinante, Fran, aunque es evidente que el potencial de este chico, que supera ampliamente el 1,90 se imponía en muchos lances. La última jugada del periodo pudo haber significado un buen punto de inflexión, pues con 27-34 en el marcador CBN pierde un último balón que propicia el postrer ataque de OCB que acaba en triple. Así una posible ventaja de 9 puntos se queda en un ya más apretado 30-34 que deja las espadas en todo lo alto.
La vuelta de vestuarios no cambia sustancialmente el guión. Iago sigue manejando el partido con mano firme y OCB hace la goma, con las ventajas oscilando continuamente entre los 2 y los 7 puntos. Los locales recuperaban con el juego interior lo que los visitantes ganaban con el exterior, esa era la tónica. Un nuevo amago de escapada naviego (42-49) es neutralizado de nuevo de cara al comienzo del último cuarto. A falta de 10 minutos el 47-51 dejaba todo en el aire. Nada más salir al último periodo Fran comete su cuarta falta, lo que le lleva de nuevo al banquillo. Es en esos minutos cuando el equipo naviego empieza a creer que es posible, llevando el luminoso a un esperanzador 52-60 que provoca el tiempo muerto local a falta de 5,01. Ese fue el punto de inflexión del partido. Ferdy cambia la estrategia, y la vuelta de Fran a la cancha no sólo no supone la sustitución por Mario, sino que, aún más, sale con ellos su tercer hombre alto, el cangués Rubén, que estaba despachando un muy buen partido. Con esa tripleta de hombres altos, OCB machacaba el rebote ofensivo una y otra vez dando segundas e incluso terceras oportunidades, que se traducían siempre en canasta o falta. En ataque el cansancio y la buena defensa ovetense nublan las ideas de los de Suso, que ceden varias ofensivas sin anotar. Un afortunado triple de 8 metros a tablero al límite de la posesión da alas a los locales y así, ante el alborozo de la grada local, que por momentos había visto muy negro el panorama, los de Ferdy hacen un parcial de 14-0 que deja un casi definitivo 66-60 a falta de 1,07. Aún así no se rinde un CBN que, tras una canasta de Pelayo y otra canasta ovetense, todavía da su último estertor con un gran triple de Jorge Dacal a falta de 20 segundos que pone un incierto 67-65. Fue el canto del cisne. Los tiros libres finales y un postrer intento triple a la desesperada errado por Iago dejan el resultado final de 70-65. Un gran partido de baloncesto, que dignifica este deporte, jugado con exquisita deportividad por ambos conjuntos, con dos aficiones respetuosas y entregadas en los graderíos, y con un final digno de la ocasión. El ya referido momento del aplauso de las dos hinchadas a los dos equipos, no hizo otra cosa que poner el broche de oro al mismo.
Aunque todos los chicos dieron lo mejor de si mismos, no podemos pasar por alto la exhibición de juego llevada a cabo por Iago. El fenomenal base del CBN ya llevaba dando muestras los últimos meses de que a su altísimo nivel habitual había añadido una vuelta de tuerca, dejando actuaciones magníficas que tuvieron su culmen en la Final a 4 júnior, donde mostró un nivel de juego y de madurez realmente espectacular. Este fin de semana, ya con los jugadores de su edad, dejó patente de manera incontestable (por si no era ya sabido) que es el mejor jugador de la competición. El dominio ejercido en los partidos, marcando el ritmo de los mismos, dirigiendo a su equipo y al mismo tiempo anotando y resolviendo, sirvieron para llevar a su equipo a las puertas del título. Ahí hay un JUGADOR.
Y si bien es de justicia resaltar el papel de Iago en el equipo, tampoco sería justo no recordar que a su lado hay un equipo muy completo, pues de otra manera sería imposible llegar hasta esas cotas: Jorge Dacal, Jorge Méndez, José María, Manu Fdez., Manuel Jesús, Pelayo y Darío, a los que hay que sumar a los 4 infantiles que a lo largo del año han estado subiendo con este equipo, Alberto, Alejandro, Mario y Omar. Todos ellos, los 12, han aportado en cada momento lo que se esperaba de ellos, sabiendo asumir su papel en el conjunto sin problemas, incluso en los malos momentos de jugar pocos minutos o ninguno. El subcampeonato es de todos y cada uno de ellos y por tanto deben sentirse todos igual de orgullosos y partícipes del mismo. Y por último hay que destacar al guía de este barco, su entrenador Suso, que ha llevado a esta generación en los dos años de categoría cadete, culminando con este broche de plata que sabe a oro.
Como en aquella final de 2012 queda para el recuerdo el tremendo orgullo que sentimos los que queremos al CBN de ver cómo esos chavales defendieron muchas cosas en las que creemos y por las que peleamos día a día, y la dignidad y deportividad con que lo hicieron. Al final se trata de eso, ni más ni menos, de ser personas, más allá de buenos jugadores, que también lo son. Y en eso estos chicos no dejaron pasar la oportunidad de demostrar una vez más que sí, que en ese ámbito no cosechamos más que victorias. ENHORABUENA CHAVALES.