Esta semana, el día 5 de julio, se concentrará la Selección Española U15 que disputará el tradicional Torneo de la Amistad que se celebrará en Melilla los días 11, 12 y 13 en el que nuestra selección se medirá a las de Grecia, Francia e Italia. Y para este importante Torneo internacional el seleccionador español, David Soria, ha contado con nuestro jugador Andy Huelves que se convertirá de esta manera en el primer jugador de nuestra cantera que será “internacional”, pues en las anteriores convocatorias de española de Javi, Yago, María y el propio Andy habían sido para concentraciones pero no había disputa de partidos con la camiseta roja de la selección. Para el Club Baloncesto Navia es un hito de una relevancia máxima, un tremendo orgullo y un síntoma más de que el trabajo de cantera que se viene desarrollando desde hace muchos años da frutos deportivos de alto nivel.
Para Andy es un paso más en su trayectoria de formación, esperemos que no sea ni mucho menos su tope, que siga progresando y alcanzando nuevas metas. Sabemos, porque lo conocemos muy bien, que él no se va a conformar con lo alcanzado, que sabe que el trabajo (y un indudable talento natural) le han traído hasta aquí, y que sólo la continuidad en el esfuerzo le permitirá seguir creciendo hacia nuevas metas. Y, en base a ese conocimiento, Andy ha tomado la mejor decisión que tocaba en este momento, que no es otra que buscar un nuevo ámbito de desarrollo de su juego, buscar nuevos retos, nueva competición, nuevo Club. A partir de esta próxima temporada Andy se incorporará al Zentro Basket Madrid, un Club de reciente creación (2012) que en este corto espacio de tiempo se ha convertido en una de las canteras de referencia de la capital de España, llevando a sus equipos de manera sistemática a fases avanzadas de los Campeonatos de España a pesar de competir en una de las principales Comunidades autónomas del País en cuanto a volumen y nivel baloncestístico. Andy sabe que en la competencia está la mejora, que entrenarse día a día con un plantel de chicos de un nivel similar al suyo, y enfrentarse en las competiciones regulares con varios equipos que son referencia a nivel español (Estudiantes y, obviamente, el Real Madrid sin ir más lejos), unido al magnífico staff técnico de su nuevo Club, son los condimentos necesarios para seguir progresando. Es el paso que toca, y nosotros, que somos totalmente conscientes de ello, no podemos hacer otra cosa que alegrarnos por él y desear con todas nuestras fuerzas que ese camino no se acabe, que tarde muchos años en saber cuál es su techo, y que siga persiguiéndolo con ahínco como ha venido haciendo hasta ahora. Mucha suerte, neno.
Y en ese cambio vital hacia la capital el bueno de Andy no podrá tener mejor compañía, la de su hermano Marcos, que acaba su etapa de formación en nuestro Club de manera realmente brillante. Hace tiempo que tenía claro que su periplo universitario iba a comenzar en Madrid, y ha llegado el momento de iniciar una nueva etapa en su vida, tanto personal como deportiva. Si en el caso de su hermano hablamos de trabajo… con Marcos esa palabra se queda incluso corta. Desde que empezó con nosotros ha sido un chico que no ha regateado esfuerzo en ninguno de los cientos de entrenamientos que ha tenido a lo largo de estos 12 años, teniendo una mejora continua que le han hecho finalizar su etapa formativa siendo un habitual en las convocatorias del equipo sénior de Primera Nacional. Es una evidencia que él conoce perfectamente el hecho de que no tiene el talento natural de su hermano (básicamente es que nadie aquí lo ha tenido, no solo él) pero eso no ha sido nunca un problema para él, todo lo contrario; cuesta encontrar a dos hermanos que se apoyen tanto uno a otro, que se motiven mutuamente y que hayan disfrutado tanto de las oportunidades que han tenido de jugar juntos a lo largo de su trayectoria en el CBN, que para su fortuna han sido bastantes a pesar de los 3 años de diferencia. Marcos nos ha dejado además en estos dos últimos años una muestra de su crecimiento y madurez personal en su labor como entrenador, primero echando una mano en lo que se le pedía para, poco a poco, ir asumiendo responsabilidades y llevando equipos como primer entrenador, como ha hecho esta temporada con los benjas, junto con su inseparable Manu. Sabemos que su intención es seguir creciendo en las dos partes de la pista, dentro del 28×15 como jugador y fuera como entrenador, y esperamos que en unos años sus circunstancias personales y laborales le permitan una vuelta a casa para que podamos seguir disfrutando nosotros de esas dos almas que en él conviven.
Son 12 años los que han pasado, casi en un suspiro, desde aquel septiembre de 2010 en el que aparecían por la puerta del poli estos dos niños diciendo que querían aprender; 3 añitos tenía Andy en aquel momento, por 6 de Marcos.
Toda una vida. Muchos kilómetros de sus entregados padres Marcos y María, de La Caridad a Navia varias veces al día, al cole y al entrenamiento, y los fines de semana a los partidos de uno y otro, que además, por su calidad y valía, eran casi todos los fines de semana dobles al subir en muchas ocasiones con el equipo de superior categoría. Incluso ya antes de empezar a competir ellos mismos se recorrieron la geografía baloncestística asturiana siendo los más incondicionales seguidores del sénior, con un gran mérito por el hecho además de ser unos años en los que el primer equipo del Club no era precisamente de los que más partidos ganaba.
Pero la familia Huelves aparecía en el polideportivo de turno a apoyar al equipo, ya fuese Laviana, Cangas, Oviedo o Gijón, manteniendo un curioso y cariñoso ritual que era que Andy guardaba la camiseta de calentamiento de Maykel y Marcos la de Peif. Posteriormente los kilómetros, aunque parecía imposible, se multiplicaban: la continua presencia de los niños en los entrenamientos de las selecciones asturianas ya convertía los fines de semana en un auténtico sudoku para compaginar partidos y entrenamientos de uno y otro. Vaya desde aquí, aparte del inmenso cariño que dejan en todos los que compartimos estos 12 años con ellos (con los 4) el más grande agradecimiento a ese esfuerzo continuo, y a la pasión y el orgullo con el que siempre defendieron los colores azules, tanto en la cancha como en la grada.
Marcos, Andy, TODA UNA VIDA con nosotros, TODA UNA VIDA por delante. Suerte, trabajo y a disfrutar del camino muchachos.